miércoles, 25 de mayo de 2011

Se abrió la blusa y me mostró las tetas
Blancas, redondas y suaves como el mejor de los sueños.
Vení, le dije.
Y se acercó
Le di el dinero y la abrace
Estaba caliente. Su piel estaba caliente
Y durante unos segundos la idea de soltarla me pareció imposible
Sobrecogedora
Las sábanas estaban limpias como las de cualquier hotel decente
Nos acostamos ya desnudos y mientras ella me la chupaba, yo no podía dejar de observar mi cuerpo en el espejo
Y así me quedé hipnotizado
Como una cobra a punto de ser degollada
En un momento recuerdo haber pensado:
Le acabo en la boca o sigo adelante con esto?
El precio había sido demasiado alto, así que la agarre del pelo y la saque de ahí
Quería dormir, pero antes quería hacer valer mi dinero.
Vení, le dije de nuevo. Y vino.
Qué iba a hacer después de todo?
Quién dijo que las putas tienen voluntad?

AHORA Y DESPUÉS

Ayer la ciudad fue un caos.
La lluvia, la víspera del feriado y la locura natural de la gente cortando calles y tocando bombos quién sabe porqué causa, fueron demasiado, aún para mi.
Ultimamente siento que muchas cosas son demasiado.
Cosas que hasta hace un tiempo podía controlar, hoy me vuelven loco.
Quizás me esté poniendo viejo antes de tiempo. No lo sé.
Dicen que los viejos tienen menos paciencia. Tampoco lo sé.
Pero ayer, cuando me vi ahí parado, cagado de frío, esperando el bondi supe que ese iba a ser el mejor momento de mi día. Al menos por un instante, supe dónde estaba y hacia dónde iba. Logré trazar una línea entre dos puntos. El "ahora" y el "después".
Pero no siempre es tan sencillo. Cada vez queda menos depués y el ahora, parece ser lo único que conozco, desde siempre.

domingo, 15 de mayo de 2011

BASURA

Todas las mañanas a eso de las 9, lo veo ahí parado
en la parada del 152, de Santa Fe y Pueyrredón
es algo así como un linyera de clase media
despeinado, sucio, con la cara aplastada de sufrimiento
Y mira pasar a la gente como si no viera nada,
abrazado a una carpeta gruesa, repleta de papeles
moviéndose como un péndulo para atrás y para adelante
con los pies clavados en la vereda
Lo único que puedo pensar cada vez que lo veo
es en su infancia,
lo mismo me pasa con todos los hombres y mujeres que andan tirados por Buenos Aires
como si fueran bolsas de basura, llenas de basura
desperdicios humanos regados por una ciudad sin corazón, de un país sin verguenza