miércoles, 25 de mayo de 2011

Se abrió la blusa y me mostró las tetas
Blancas, redondas y suaves como el mejor de los sueños.
Vení, le dije.
Y se acercó
Le di el dinero y la abrace
Estaba caliente. Su piel estaba caliente
Y durante unos segundos la idea de soltarla me pareció imposible
Sobrecogedora
Las sábanas estaban limpias como las de cualquier hotel decente
Nos acostamos ya desnudos y mientras ella me la chupaba, yo no podía dejar de observar mi cuerpo en el espejo
Y así me quedé hipnotizado
Como una cobra a punto de ser degollada
En un momento recuerdo haber pensado:
Le acabo en la boca o sigo adelante con esto?
El precio había sido demasiado alto, así que la agarre del pelo y la saque de ahí
Quería dormir, pero antes quería hacer valer mi dinero.
Vení, le dije de nuevo. Y vino.
Qué iba a hacer después de todo?
Quién dijo que las putas tienen voluntad?

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo siempre busco a las de tetas grandes.
buen relato.