Agarro la Rolling Stone, me siento en el inodoro y la hojeo.
Es la que tiene a Pity en la tapa, pero lo que me llama la atención es la nota dedicada a otro patético personaje: Britney Spears.
Nada de lo que leo me sorprende o me agrega nueva data. La otrora chica ideal, se transformó en la nueva chica infernal, en lo que nadie esperaba, ni imaginaba. Y si bien, probablemente, esta nueva versión de BS venda menos discos, también sea, seguramente, la responsable de éxitos editoriales sin precedentes basados en el morbo y el resentimiento. Existe un hermoso placer en verla caer. Pero más allá de esto, la chica sigue en el juego, sigue en el negocio del entretenimiento, sigue facturando y nosotros (y esto es lo más grave) seguimos consumiendo su basura. Primero fue su música. Ahora su decadencia.
Pero ¿qué les pasa a todos estos imbéciles que después de conseguir éxito, fama y dinero, se dedican a renegar de lo que alcanzaron.
¿Será que realmente creen que sus vidas son miserables e insoportables?
¿Creerán que lo que a ellos les toca es la parte “difícil” del juego?
¿O será que al fin de cuentas, no se trata más que de un puñado de pendejos malcriados, chiquilines irresponsables y engreídos?
Quizás sería adecuado, para terminar de una vez por todas con esa asquerosa especie de exhibicionistas del exceso, regalarles una temporada en un “todo excluido”, o sea, viviendo la realidad del 99,9% de los seres humanos: una vida chata y anónima, condimentada con un trabajo de mierda, un jefe de mierda, un sueldo de mierda, ropa de mierda, un auto de mierda, un futuro de mierda, sin éxito, ni fama, ni dinero. Sin gente que te adore y que se cague encima durante una noche entera para estar primeros en la fila de tus recitales. Una vida repleta de responsabilidades e inundada de tentaciones imposibles de alcanzar. Una existencia sin asistentes, ni secretarias, ni personal trainer. Sin masajistas, ni garúes, ni paparazzis, ni dealers, ni abogados. Sin nada. Solitos ellos frente al mundo.
¿Porqué será que estos estúpidos no valoran lo que tienen?
¿Porqué será que necesitan ser públicamente obscenos?
¿Creerán que su “status” de artistas es sinónimo de impunidad?
¿Creerán que son artistas de verdad?
¿Creerán que ellos son de verdad?
Imagen prefabricada. Música descartable compuesta por encargo por productores efectistas y sin profundidad. Pasos de baile editados para MTV (alguien vio Man Ester de Nelly Furtado…¿si eso no es prefabricar un artista, entonces qué es?), voces de dudosa calidad e interpretaciones almibaradas, filtradas y retocadas en estudios de grabación capaces de hacer pasar por cantantes a Paris Hilton o a, nuestra más autóctona, Nati Orebro.
Y digo: ¡Mierda! Tengan un poco de vergüenza ajena. Sean agradecidos. Tengan la generosidad suficiente como para, al menos, seguir alimentando la fantasía, la farsa. Eso es ser Profesional.
Ya no importa resto. Por más que se esfuercen en hacernos creer que son auténticos artistas, ya sabemos lo que son.
El problema no es ver a un payaso haciendo de payaso. El problema es ver a un payaso queriendo hacernos creer que puede interpretar a Hamlet.
Ante la pregunta ¿ser o no ser?, SEAN. Sean profesionales y continúen con sus payasadas. No es tan grave como para que se depriman o intenten suicidarse. El día que se asuman como lo que son, verán que no hay nada de malo en quedar en la historia como entretenidos payasos del mundo del espectáculo.
Ya lo digo un viejo y sabio claun: es solo rock and roll, pero me gusta.
Sykman 07
lunes, 7 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Para evitar leer cosas que no me interesan no compro revistas, y menos de rock.
Todo es un comercio.
Anduve leyendo varios posts. Pasaré más seguido.
Saludos
Pitu
Publicar un comentario