martes, 11 de septiembre de 2012

HIJOS

Hace un tiempo, un amigo me preguntó porque nunca escribía sobre mis hijos. “No sé”, le dije, pero después me quedé pensando en el asunto. Uno no tiene que escribir sobre TODAS las cosas. Uno, básicamente debe entretener. Y quién dice que las ocurrencias de mis hijos les van a resultar entretenidas al resto del mundo? Tampoco creo que la obra de una persona tenga que estar emparentada en un ciento por ciento, con su vida. Escribir, escribe cualquiera, sin embargo son pocos aquellos que lo hacen decentemente. Los que escriben sobre sus hijos, generalmente no pertenecen a ese grupo. Así que si se te da por jugar con las palabras, evitá incluir a tus hijos en tus relatos. A los hijos hay que tenerlos y hay que criarlos y hay que educarlos lo mejor que uno puede. No hay que escribir sobre ellos. Algún día, no dentro de mucho tiempo, crecerán y te odiarán por tu incontinencia. Por contar alguna estupidez que los avergüence. Y al día siguiente te internarán en un geriátrico hasta el fin de tus días. Nunca lo olvides: el único objetivo de un hijo es encontrar una buena excusa que le permita odiar a sus padres sin sentir culpa.

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