Lo supe todo en un instante,
por tu respiración profunda
y tus ojos vacíos
Intenté desentenderme,
pero hay señales que simplemente
nos atraviesan
No importó la noche y su silencio
ni las palabras que pronunciamos
Un cimbronazo con epicentro en mi pecho
una bofetada a mi orgullo.
Y quise whisky y quise merca
quise meterme de todo, como un suicida inexperto
Pero en cambio, te abracé
y me dejé caer y en el suelo
me deshice en mil cristales
sabiendo que, de reconstruirme
sería capaz de volver a ser uno,
sin embargo, ya nunca sería el mismo
miércoles, 20 de enero de 2010
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